Me parece que la virtualidad es una experiencia enriquecedora tanto para profesores y alumnos como para padres de familia; ya que nos enfrenta a utilizar los recursos tecnológicos como medio de comunicación, recursos que para muchos de nosotros eran desconocidos poniéndonos como reto modernizarnos, capacitarnos y ser recursivos; pero de alguna forma dejamos de lado nuestra humanidad.

Aunque nos enfrentamos a estar más en contacto con la tecnología esto nos hace perder contacto con las personas; parte que me parece muy importante para la convivencia social, pues el contacto personal hace que expresemos de mejor manera nuestros sentimientos.

Por tanto la tecnología puede llegar a ponernos en una situación donde perdamos la calidad humana; pues es el contacto con los demás nos hace humanos. 

En cuanto al desarrollo de nuestros hijos me parece que la virtualidad genera muchos problemas ya que son más sedentarios, la recepción de la información no es tan fácil como en el salón de clases, no cambian de ambiente lo cual les genera monotonía y en algunos casos desmotivación.

Las clases llegar a no ser tan divertidas como lo podrían ser en un  ambiente presencial; ya que estando en contacto con sus compañeros y profesores pueden desarrollar actividades lúdicas que afiancen mas su aprendizaje. 

En conclusión la virtualidad nos acerca más al mundo moderno, a nuestra nueva realidad y a la tecnología; pero nos aleja más de la parte humana, del contacto físico y de la convivencia social lo cual puede generar que nuestros hijos se comporten como máquinas de aprendizaje en un ambiente monótono y posiblemente vayan perdiendo esa parte humana que los hace  especiales y que les permite expresar sus sentimientos lo cual puede desencadenar en jóvenes más estresados o más depresivos.

Artículo por: Yanira Cárdenas
Madre de familia – High School